Reflexiones Urbanas (capítulo 2)
Como parte de la Agrupación Barrial Guillermo Franke y como ciudadana chilensis estoy muy contenta, ya que constato algo que se está dando progresivamente en nuestra sociedad desde hace algún tiempo. Frente a los abusos y los atropellos la gente ha tomado partido (sin color político) y se ha unido como ciudadano(a) para luchar por sus reivindicaciones y dejar de ser un mero número para las estadísticas. Veo que esto se hace patente con los estudiantes secundarios, que dicho sea de paso nos están dando lecciones de cohesión y claridad en sus peticiones.
La gente se manifiesta por sus derechos y para cambiar su vida cotidiana. Todo es política, las pensiones para la vejez, nuestra sexualidad incluyendo el aborto y el sida, la muerte pasando por la eutanasia, el derecho a la educación y a vivir nuestra cultura. El tema del patrimonio cultural, está también en la vida de barrio y sus edificaciones, la nula regulación al respecto hace tambalear hasta Valparaíso, única ciudad chilena declarada patrimonio de la Humanidad por la UNESCO: en el barrio la Matriz el alcalde dio permiso para levantar un supermercado, en pleno barrio histórico. Pensar la ciudad, conservar la cultura, ¿por qué en Chile no podemos ser civilizados y respetuosos de lo nuestro? No se trata de ir en contra del progreso, pero éste debe ser racional y preocupado del ciudadano más que del consumidor.
La calidad de vida es algo que nos interesa a todos, en todas las comunas y en Ñuñoa es algo que vemos amenazado desde el cambio del Plano Regulador.
Estos cambios fueron hechos “legalmente”, pero a espaldas de la ciudadanía ñuñoína, para que no hubiera ningún impedimento a millonarios negocios inmobiliarios. El señor alcalde se lava las manos diciendo que esto es algo que viene del gobierno y que el municipio nada puede hacer. Sí, se puede revertir esto con la voluntad para escuchar a los vecinos de la comuna, que en su inmensa mayoría ven estupefactos las edificaciones de 15 pisos de altura o más y el deterioro de sus casas. ¿Qué será de la tranquilidad de los barrios, la misma que publicitan estas empresas, con la interrogante de cómo van a dar abasto los servicios (agua, alcantarillado, etc.) con esta densidad a futuro? Esto no es racional, esto es el llegar y llevar del mercado a rajatabla, donde los grupos de poder son los que “la llevan”.
¿Qué nos queda a nosotros, ciudadanos de a pie? Organizarnos, informarnos y tener una voz para interlocutar con las autoridades pertinentes. En este sentido pedimos una audiencia pública al alcalde, con mas de mil firmas ciudadanas que nos avalan, (lo legal para pedir esta instancia son 100 firmas) y estamos esperando la fecha para tal audiencia.
Mientras, la vida de barrio sigue, y nuestra agrupación hará algunas tertulias informativas con urbanistas y otras actividades que serán avisadas con anticipación en este blog.
Estén atentos y pasen la voz a su vecino(a)….
enviada por Gabriela Cánovas.
La gente se manifiesta por sus derechos y para cambiar su vida cotidiana. Todo es política, las pensiones para la vejez, nuestra sexualidad incluyendo el aborto y el sida, la muerte pasando por la eutanasia, el derecho a la educación y a vivir nuestra cultura. El tema del patrimonio cultural, está también en la vida de barrio y sus edificaciones, la nula regulación al respecto hace tambalear hasta Valparaíso, única ciudad chilena declarada patrimonio de la Humanidad por la UNESCO: en el barrio la Matriz el alcalde dio permiso para levantar un supermercado, en pleno barrio histórico. Pensar la ciudad, conservar la cultura, ¿por qué en Chile no podemos ser civilizados y respetuosos de lo nuestro? No se trata de ir en contra del progreso, pero éste debe ser racional y preocupado del ciudadano más que del consumidor.
La calidad de vida es algo que nos interesa a todos, en todas las comunas y en Ñuñoa es algo que vemos amenazado desde el cambio del Plano Regulador.
Estos cambios fueron hechos “legalmente”, pero a espaldas de la ciudadanía ñuñoína, para que no hubiera ningún impedimento a millonarios negocios inmobiliarios. El señor alcalde se lava las manos diciendo que esto es algo que viene del gobierno y que el municipio nada puede hacer. Sí, se puede revertir esto con la voluntad para escuchar a los vecinos de la comuna, que en su inmensa mayoría ven estupefactos las edificaciones de 15 pisos de altura o más y el deterioro de sus casas. ¿Qué será de la tranquilidad de los barrios, la misma que publicitan estas empresas, con la interrogante de cómo van a dar abasto los servicios (agua, alcantarillado, etc.) con esta densidad a futuro? Esto no es racional, esto es el llegar y llevar del mercado a rajatabla, donde los grupos de poder son los que “la llevan”.
¿Qué nos queda a nosotros, ciudadanos de a pie? Organizarnos, informarnos y tener una voz para interlocutar con las autoridades pertinentes. En este sentido pedimos una audiencia pública al alcalde, con mas de mil firmas ciudadanas que nos avalan, (lo legal para pedir esta instancia son 100 firmas) y estamos esperando la fecha para tal audiencia.
Mientras, la vida de barrio sigue, y nuestra agrupación hará algunas tertulias informativas con urbanistas y otras actividades que serán avisadas con anticipación en este blog.
Estén atentos y pasen la voz a su vecino(a)….
enviada por Gabriela Cánovas.
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Agosto 2006