Ñuñoa desnuda
por Miguel Laborde
LA CIUDAD
Ñuñoa grávida de sólidos ladrillos artesanales de buena factura, Ñuñoa de árboles que son un eco de su reciente pasado agrícola, Ñuñoa de parrones interiores donde se vive el lento paso de las estaciones... Ésa es la mejor Ñuñoa, la de notables conjuntos en torno a plazuelas y casonas amplias a lo largo de avenidas muy bien arboladas.
No toda es así, hay zonas de mejor jerarquía que podrían densificarse con torres de alturas medianas, pero, el sistema no distingue muchas diferencias. Las urbanizaciones con carácter generan identidad y pertenencia, lo que se comprueba con las movilizaciones ñuñoínas; a la gente le gusta vivir en un "lugar" propio dentro de la ciudad. La misma acción municipal se enriquece cuando también distingue lugares, hitos, cuadras, esos valores que se saltan los Planes Reguladores.
En Providencia, por ejemplo, la alcaldesa Alicia Cañas le dio "forma" a esa comuna en sus doce años de gestión; gracias al ensanche de la calle Providencia que se transformó en avenida, a la pavimentación del camino junto al río para crear la Costanera, a la construcción de la Avenida Tobalaba para unir Providencia con el suroriente, a los jardines en las riberas del canal San Carlos, al puente de Pedro de Valdivia que vinculó Pedro de Valdivia Norte a la ciudad, a la creación de la Avenida Diego de Almagro en 1945, a la construcción del Mercado Municipal en
1946... Donde sólo había loteos, manzanas, se potenciaron los atributos y se configuró, para siempre, una comuna. Fortaleció las diferencias.
Esa riqueza brilla más cuando además se jerarquizan los sectores mejor logrados, y se destruye si las obras intercomunales de vialidad y transporte fragmentan el tejido, dejan espacios residuales, alteran los ambientes.
Los vecinos reaccionan, en todo Santiago. Algunos, sorprendidos una y otra vez por grandes obras que tienen tal impacto que la próxima Bienal de Arquitectura estará dedicada, justamente, a debatir los problemas que provocan las intervenciones en vialidad y transporte. Otros se movilizan contra las altas torres residenciales, discuten lo que permiten o no permiten los Planes Reguladores.
También se quejan de estos planes que, muy generales, fijan normas para sectores enteros sin que se advierta un aprecio por barrios, manzanas o calles que tienen una mayor jerarquía. En Ñuñoa, esta crisis ha generado grupos de acción urbana que, partiendo por las defensas de sus barrios, como el "Elías de la Cruz" o el "Guillermo Franke", han terminado creando sitios informáticos para expresar sus demandas: salvar y fortalecer las diferencias, controlar las torres y las obras viales.
(aparecido en El Mercurio, Cuerpo A Página 24, Domingo 30 de julio de 2006)
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