Agrupación Barrial Guillermo Franke

Resulta que en julio del 2004 el municipio hablaba de que se nos venía un boom inmobiliario, pero insistía en que todo estaba controlado y que no había de qué preocuparse. De hecho, en la publicación "El Ñuñoíno" de esa época, nos hablaban de que "en todo caso, debe quedar claro que la Municipalidad de Ñuñoa está decidida a observar permanentemente la situación, para impedir que este auge de la construcción se salga de control y perjudique la calidad de vida de sus vecinos y el crecimiento sea equilibrado".

Hoy constatamos, no sin pena y con bastante frustración, que ha ocurrido una verdadera Masacre Urbana y Social en nuestra querida comuna plagada de edificios en altura. Así lo prueba el reconocimiento del municipio al declarar que se deben congelar los permisos de edificación en las zonas Z-3 y Z-4 y así lo prueba también el recurso de protección que hemos tenido que interponer ante la Corte, porque se vulneran nuestros derechos básicos.

El seccional irarrázaval se mantiene inamovible. De hecho Sabat en entrevista en La Segunda dice "Si hay alguien a quien le moleste este cuento, que postule a alcalde en 2008, que me saque y lo proponga."

Esa es la manera de entender la democracia del edil. Con todo el autoritarismo heredado de épocas oscuras, dando muestras de terribles errores de planificación urbana, entregando los queridos barrios y el patrimonio intangible del estilo de vida ñuñoíno, a la voracidad inmobiliaria, sin considerar en ningún momento la opinión de los únicos afectados por estas decisiones: los vecinos que habitan la comuna.

Es más, la culpa la tiene la ley y el Ministerio de Vivienda dice Sabat en radio cooperativa el 4 de julio del 2006 al afirmar que "No sé por qué la gente cree que uno quiere los edificios en altura. Pensarán que soy enfermo de la cabeza, pensarán que soy idiota (...) si hay edificios en altura hoy día es porque la ley los permite". Sin embargo él mismo afirmaba dos años atrás que iba a observar permanentemente la situación para que no se saliera de control.

Como dijeron los pingüinos: "¡Que hayamos tenido que llegar hasta esto!".
Hemos sido los ciudadanos, los ilustres vecinos de Ñuñoa, los que hemos tenido que poner el tema en la agenda para que se entienda que la comuna es de todos y la planificación de su desarrollo debe obedecer a los intereses de quienes la habitamos.

Hemos visto cómo operan los poderes fácticos de las empresas inmobiliarias, hemos visto como tienen línea directa para hablar con el Director de Obras y con el Alcalde. Vimos cómo se negoció con ellos la modificación supuestamente integral del Plan Regulador propuesta la semana pasada.

En contraposición, cuando nosotros hemos querido plantear nuestros requerimientos ante la Municipalidad, hemos debido recurrir a una audiencia pública solicitada por cientos de firmas y con movilizaciones de todo tipo, para hacernos escuchar. Sin que ello vincule en nada las decisiones que debe tomar quien se supone que representa a todos los Ñuñoínos y administra el destino de nuestra querida comuna.
La constitución consagra como derecho básico "la igualdad ante la ley" y en este caso hemos visto una clara desigualdad de los ciudadanos frente a las empresas inmobiliarias. De hecho, el recurso de protección presentado explica cómo se vulnera esta garantía constitucional.

Como comentaba una vecina con respecto a los últimos acontecimientos: "Estamos contentos con lo ocurrido, porque hemos demostrado el poder que tienen los ciudadamos cuando se organizan y trabajan juntos. Si bien los resultados no son exactamente los esperados y los procedimientos no nos parecen los adecuados, sí­ hemos avanzado, aun cuando en parte, en el objetivo de detener la Masacre. Nunca es demasiado tarde para participar y apoyados en este avance, tenemos que seguir peleando fuerte."

Se viene un nuevo proceso para realizar una modificación "integral" al Plan Regulador Comunal. Ahí estaremos. Seguro que nos haremos escuchar.

Publicado por Enrique Lazo U. , 11 septiembre 2006, 11:43 a. m. | Ver Nota